La impresión 3D es un mundo fascinante, pero para obtener los mejores resultados, no basta con tener una buena impresora y un buen diseño. La calidad de tus filamentos juega un papel crucial. ¿Sabías que una de las principales causas de impresiones fallidas o de baja calidad es un filamento mal almacenado? La humedad y las temperaturas inadecuadas pueden arruinarlo, haciéndolo quebradizo, provocando atascos y dejando una superficie poco atractiva en tus piezas.
Por suerte, cuidar tus filamentos es más sencillo de lo que parece. Con unos pocos trucos, puedes prolongar su vida útil y asegurarte de que cada impresión sea un éxito.
El Enemigo Número Uno: La Humedad
La mayoría de los filamentos de impresión 3D, especialmente el PLA, PETG, Nylon y PVA, son higroscópicos, lo que significa que absorben la humedad del aire como una esponja. Cuando un filamento absorbe humedad, esta se convierte en vapor de agua al calentarse en el extrusor. Esto provoca burbujas en el filamento, lo que se traduce en:
Pérdida de resistencia mecánica: Tus piezas serán más frágiles.
Acabado superficial deficiente: Verás pequeñas burbujas, hilos (stringing) excesivo o una textura áspera.
Atascos frecuentes: La humedad puede causar bloqueos en la boquilla.
Sonido de “crujido” al imprimir: Un indicio claro de que tu filamento está húmedo.
¿Cómo proteger tus filamentos de la humedad?
Guárdalos en su embalaje original: Los filamentos suelen venir en bolsas selladas al vacío, a menudo con un paquete de gel de sílice (desecante). No los tires; ¡son tus mejores aliados!
Bolsas herméticas o envases al vacío: Una vez abiertos, mete las bobinas en bolsas resellables herméticas o, mejor aún, en envases o tuppers al vacío. Hay opciones específicas para filamentos que son fantásticas.
Usa desecantes: Coloca varios paquetes de gel de sílice junto a tus filamentos dentro de los recipientes. Puedes comprar packs más grandes o incluso “reactivar” los que ya tienes calentándolos en el horno a baja temperatura (consulta las instrucciones del fabricante del desecante).
Cajas deshumidificadoras: Si imprimes mucho o vives en un clima muy húmedo, considera invertir en una caja de almacenamiento activa con deshumidificador incorporado. Algunas incluso permiten imprimir directamente desde ellas.
Deshumidifica tu espacio: Mantener un nivel de humedad bajo en la habitación donde almacenas tus filamentos, con un deshumidificador ambiental, también ayudará.
La Temperatura: Un Factor Menos Obvio pero Importante
Si bien la humedad es la principal preocupación, la temperatura también juega un papel. Las temperaturas extremas, tanto muy altas como muy bajas, pueden afectar la integridad del filamento:
Temperaturas Altas: Evita dejar los filamentos expuestos a la luz solar directa o cerca de fuentes de calor, como radiadores. El calor puede hacer que el filamento se ablande, se deforme o incluso se fusione ligeramente en la bobina, especialmente los filamentos con menor punto de fusión como el PLA.
Temperaturas Bajas: Aunque menos problemático que el calor, un frío extremo puede hacer que algunos filamentos se vuelvan más quebradizos. Lo ideal es mantenerlos a una temperatura ambiente estable.
Consejo clave: Lo ideal es un lugar fresco, seco y oscuro, lejos de ventanas y corrientes de aire.
¿Cómo secar filamento si ya está húmedo?
¡No lo tires! Muchos filamentos pueden secarse y recuperar sus propiedades. El proceso es sencillo:
Horno convencional: Coloca la bobina en un horno a baja temperatura. La temperatura y el tiempo exactos varían según el tipo de filamento. Por ejemplo:
PLA: 40-45°C durante 4-6 horas.
PETG: 60-65°C durante 6-8 horas.
ABS: 80-85°C durante 4-6 horas.
Nylon: 70-80°C durante 8-12 horas.
Importante: No superes estas temperaturas para evitar que el filamento se deforme. Es recomendable poner la bobina en una bandeja con papel de horno.
Deshidratador de alimentos: Una excelente alternativa al horno, ya que suelen tener un control de temperatura más preciso y están diseñados para una deshidratación lenta y uniforme.
Secadores de filamento específicos: La opción más cómoda y segura, ya que están diseñados para esta tarea y suelen mantener la bobina caliente mientras imprimes.
Cuidar tus filamentos es una inversión mínima de tiempo y esfuerzo que te ahorrará frustraciones y dinero a largo plazo. Al protegerlos de la humedad y mantenerlos a una temperatura adecuada, te asegurarás de que cada pieza que imprimas tenga la calidad y resistencia que esperas.
¿Tienes algún truco personal para almacenar tus filamentos? ¡Compártelo en los comentarios!